Emiliano Flores
Nació en 1976 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Hijo de madre Diseñadora y padre, Comerciante Textil. Desde chico estuvo en contacto con las colecciones, sus colores, estampados y sobre todo jablones. En 1994, comenzó a estudiar diseño gráfico en las Escuelas ORT. Realizó talleres de pintura con de Gabriel Mirocznyk, Juan Doffo, Ernesto Bertani y Diego Perrotta. Una vez desarrollada su obra realizo clínica con Víctor Chab y Carolina Antoniadis. Desde el 2010 y hasta el 2021 participó de proyectos de muralismo en la región CABA y AMBA, realizando trabajos colectivos e individuales. A partir del año 201,5 comienza a viajar y entrar en contacto con comunidades de pueblos originarios en las provincias del Chaco, Formosa y Jujuy, con el objetivo de concretar un proyecto artístico de integración cultural, en el cual su aporte sería plasmar murales y realizar cerámicas naturales para el revestimiento de casas de adobe. Su obra forma parte de Colecciones Nacionales e Internacionales.
Sobre su obra él expresa: "En mi trabajo la pintura y el tiempo son la constante. Los dos permanecen inmóviles, eternos. Solo con mínimas acciones puedo poner en marcha la obra y siempre busco que el color se evapore, como abandonado al paso del tiempo, desgastado, porque es en ese lugar donde se encuentran los tiempos, ese pasado y futuro que no determina claramente el origen y el destino de los eventos. Esta idea me ayuda a interpretar acontecimientos que parecen distantes, pero con énfasis intento construir un mundo firme e inamovible para dar pasos, a pesar de esto, el propósito de mis actos sigue siendo un feliz interrogante.
Con la reconstrucción de mi árbol familiar conocí oficios, donde aparecen pintores, sastres, diseñadores, que van construyendo en mi una sensibilidad por el entramado de la vida. Será por eso que el desarrollo de las diferentes expresiones culturales de nuestra región, me determinó y encontré elementos visuales, técnicos, desde estarcidos en las cuevas de las manos, hasta las texturas del Norte Argentino, donde sutiles empastes y raspaduras me permiten representar las condiciones naturales del entorno. En todas estas expresiones trato de transmutar lo espiritual de las cosas, siempre con la ilusión de conocer de donde vengo y a donde voy." Emiliano Gabriel Flores
El Alquimista
¿Se puede ser autorreferencial, y al mismo tiempo universal? Emiliano Flores nos demuestra que sí. Trabaja sus obras como viajes chamanicos buscando la luz. Por eso, sus imágenes parecen resultado de rituales en torno a los estados de la materia: texturas terrosas, espinosas de sus paisajes norteños, que remiten a aquellos del gran Enrique Policastro, pinturas vaporosas que visualizan los cuerpos etéreos de los seres animales y humanos. No pinta objetos sino sus auras. Influido por las obras de el Greco, Tamayo, Lam y reivindicando la renovación pictórica del aduanero Rousseau, Cándido López o Fígari, él aborda lo popular como un regreso a lo universal, a aquella esencia que todos los integrantes del universo tenemos en común, aunque esté muchas veces olvidada. Emiliano Flores trabaja por capas de materia y atraviesa capas de sentido, va despojando las pieles, las máscaras de la ilusión, en busca del bit primordial. La dicotomía ausencia/presencia es superada por la conciencia. La figura es el fondo y el fondo es la figura. O a la inversa. No importa. Esas diferencias tal vez eran ilusorias. Todo es uno. (Rosario Arias Usandivaras)